Relación con otras posiciones filosóficas, opinión personal y actualidad
En cuanto a la existencia o no de “absolutos”, podemos relacionar la posición filosófica de Platón con la de los sofistas y Sócrates, tanto a nivel onto-epistémico como a nivel ético-político; pues también los sofistas y Sócrates se habían interesado por esta cuestión, aunque llegaron a conclusiones muy diferentes:
Los sofistas eran escépticos, relativistas y convencionalistas. … Escépticos, porque pensaban que es imposible alcanzar conocimientos absolutos (universalmente válidos), ya que, al contrario que los filósofos de la naturaleza, negaron que existiera un objeto adecuado para ese conocimiento: una realidad absoluta oculta tras la realidad aparente. … Relativistas, porque pensaban que en el tema del conocimiento, todo es relativo; cada hombre tiene su propia opinión, y es difícil, por no decir imposible que una opinión sea universalmente compartida, ya que el conocimiento depende de muchos factores: del estado de nuestras facultades sensitivas, de las circunstancias, de la experiencia de cada uno, etc. … Convencionalistas, porque pensaban que la “verdad” era fruto de convenciones o acuerdos entre los hombres. … Pero, llegar a acuerdos exige dialogar confrontando opiniones e intentado convencer. Por eso, para los sofistas, era muy importante ejercitarse en el arte de persuadir, de convencer con hábiles argumentos: eran maestros en el arte de la retórica. Y es que, Para los sofistas, lo que tenemos por verdad en cada caso es simplemente una opinión que se ha hecho fuerte frente a las demás.
Ese planteamiento de los sofistas no satisfacía a Sócrates, pues éste pensaba que siendo así, una persona con grandes dotes oratorias podía convertir en fuerte un argumento débil y que, por tanto, muchas veces se tomarían por verdaderas cosas que no lo son en realidad..
Sócrates estaba de acuerdo con los sofistas en que no hay ninguna realidad absoluta que esté oculta detrás de la realidad aparente, pero, al contrario que los sofistas, estaba convencido de que era posible alcanzar conocimientos absolutos, pues sólo así sería posible, según él, establecer unos principios y normas absolutos que orientasen siempre de forma correcta nuestra vida en sociedad. … Para superar el escepticismo y el relativismo de los sofistas, Sócrates inauguró una nueva concepción del conocimiento absoluto o verdadero. Éste no consistiría en el des-ocultamiento de una supuesta realidad absoluta (alétheia), sino en el descubrimiento de lo universal en lo particular. ¿Y qué es lo que habría de universal en las cosas particulares? Según Sócrates, lo universal sería aquello que hace que cada cosa sea lo que es (lo que Aristóteles llamará más tarde “esencias”). … Según Sócrates, los conocimientos absolutos o auténticamente verdaderos se lograrían sólo cuando fuésemos capaces de dar con las definiciones exactas de esos universales del conocimiento. … Para ello puso en práctica un método que tenía dos momentos: el primero negativo (ironía) y el segundo positivo (mayéutica). Al principio, Sócrates haciendo uso de la ironía, fingía ignorancia e interrogaba con hábiles preguntas a alguien que creía saber algo y que, por tanto, podría definirlo con exactitud, hasta conseguir que su interlocutor terminara reconociendo su propia ignorancia y que no sabía definir exactamente aquello que, en un primer momento, creía conocer tan bien. Posteriormente, Sócrates, sirviéndose nuevamente de hábiles preguntas, ayudaba a su interlocutor a buscar la definición exacta, a dar a luz la verdad auténtica que portaba en su interior. Sin embargo, hay que decir que Sócrates no consiguió dar nunca con una definición plenamente satisfactoria de ningún universal. …
Platón estuvo de acuerdo con los sofistas en cuanto que sostiene, al igual que ellos, la existencia de conocimientos relativos (conocimientos aparentes o meras opiniones –DOXA-): los conocimientos que tienen por objeto las COSAS del mundo sensible … Pero, coincide también con Sócrates en el hecho de que ambos están convencidos de la existencia de conocimientos absolutos. … Eso sí, Platón fue mucho más allá que su maestro; pues, pensaba que a los conocimientos absolutos debían corresponderles unas realidades absolutas, de lo contrario, esos conocimientos carecerían de objeto, lo cual es absurdo. … Ahora bien, como en el mundo sensible Platón no encontró ninguna realidad absoluta, se vio obligado a postular la existencia de otro mundo distinto del que percibimos por los sentidos, un mundo al que sólo podríamos acceder con la inteligencia (mundo inteligible), en el cual existirían esas realidades absolutas; a las que llamó IDEAS (=entes ideales, absolutamente perfectos), las cuales serían el objeto del auténtico y verdadero conocimiento (EPISTEME) …
En conclusión, podemos decir que Platón heredó de Sócrates la teoría de los universales, pero fue mucho más allá que su maestro; pues, mientras Sócrates piensa que los universales (`esencias´) son inmanentes a las cosas mismas, es decir, residen en el ser mismo de las cosas; para Platón, en cambio, los universales (Ideas) son trascendentes, esto es, se dan al margen de las cosas.